En el programa de radio de Sevilla Misterios y Leyendas del 11 de mayo de 2023 también se hizo referencia la cerámica que fuera trabajada por la conocida familia de los Pickman, cuya fábrica principal se situó durante un largo período de tiempo en el antiguo Monasterio de la Cartuja; un asunto que merecía ser tratado en un artículo independiente como el que se expone a continuación.
1. El Monasterio de la Cartuja
Localizado en la Isla de la Cartuja de Sevilla, en una zona rica en barros y arcillas, el Monasterio de la Cartuja tiene su origen en una pequeña ermita franciscana elevada para venerar a la Virgen de las Cuevas en el siglo XIV para posteriormente se transformarse en convento cartujano. De esta forma, Monasterio de la Cartuja de la Inmaculada Concepción sería edificado por los monjes de la Orden de San Bruno, filial al de Santa María de la Cuevas de Sevilla, comenzando sus obras sobre el año 1503. Entre los hechos destacables acaecidos entre sus muros cabe destacar que fue durante 30 años panteón de los restos de Cristóbal Colón o el lugar de retiro y hospedaje de grandes personajes como Felipe II, Arias Montano o Teresa de Jesús.
En 1810, durante la invasión napoleónica, fue transformado en cuartel de las tropas de ocupación; mientras que en 1836, durante el período de la Desamortización de Mendizábal, fueron definitivamente expulsados sus monjes.
Abandonado y maltrecho, el Monasterio fue adquirido en 1839 por el comerciante inglés Charles Pickman, quien instalaría en el convento una fábrica de loza y porcelana china en 1841. La fábrica de loza y porcelana continuó funcionando en el Monasterio hasta 1982, tras lo cual se rehabilitó con motivo de la Exposición Universal de 1992, para pasar a convertirse en sede del CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo) pocos años después.
El acceso al conjunto se realiza a través de una gran portada, de líneas clásicas, formadas por dos pilastras toscanas que enmarcan un arco de medio punto. A su izquierda se sitúa la “Casa del Monje Porter”, y a su derecha la “Capilla de los Peregrinos”. Siguiendo el eje de entrada al recinto y distanciado de él, se encuentra el núcleo fundamental del conjunto. Este se compone de una iglesia y tres claustros con las distintas dependencias y cronologías. De la época cartuja se conservan, convertidas en salas del Museo, la iglesia con sus capillas, el refectorio, parte del claustro de monjes y el magnífico Claustrillo Mudéjar, donde se encuentran además los magníficos sepulcros de los cofundadores, Pedro Enríquez y Catalina de Ribera; además de otros familiares, todos en la Sala Capitular.
Las numerosas obras de arte que lo enriquecieron se encuentran hoy la gran mayoría en el Museo de Pintura de Sevilla o en la catedral. Aquí trabajaron artistas de la talla de Zurbarán, Pedro Duque Cornejo o Martínez Montañés.
2. La cerámica Pickman
Los Pickman eran una familia de comerciantes que regentaba un negocio de loza en Liverpool y, entre otras actividades, exportaba loza y cristal a España. Por este motivo, Guillermo Pickman y, tras su muerte, su hermano Carlos decidieron montar un negocio en Cádiz trasladándose a Sevilla en 1837.
Carlos Pickman pronto se dio cuenta de la gran demanda de loza inglesa que existía ya en Cádiz, pero también que el proteccionismo con que se favorecía a las fábricas de loza en territorio nacional haría que el negocio de la importación tuviera los días contados, por lo que optó por fabricar en España los productos que vendía y crear su propia loza.
En cuanto a la ubicación, Pickman se decidió por el monasterio de la Cartuja, vacío desde la época de la desamortización. Se estima que entre 1838 y 1840 se realizaron las primeras obras necesarias para la ocupación y adaptación del conjunto del monasterio y que en esas fechas ya se había comenzado a producir porque una buena cantidad de piezas que aparecen en el inventario que figura en la constitución de la sociedad. En 1841, Carlos Pickman se asoció con Juan Pablo Echecopar, comerciante gaditano, para crear Pickman y Compañía, empresa en la que Echecopar puso el capital y Pickman las instalaciones del monasterio y su equipamiento, las minas de tierra y otros materiales.
A diferencia de otras empresas que contaron con edificios creados para uso fabril, Pickman tuvo que adaptar y aprovechar las instalaciones y dependencias existentes en el monasterio para instalar su industria. A medida que la empresa crecía se intervino en los edificios, derribando espacios y creando otros nuevos. Entre las intervenciones más significativas se pueden mencionar la construcción de los hornos-botella y la instalación de un salón que se utilizó como muestrario de la producción de Pickman en 1866 y que fue el germen de lo que después sería el museo de la fábrica. Así mismo, Pickman copió la estructura de industrias similares inglesas como la organización del trabajo por tareas que a su vez se distribuían en talleres vinculados a las distintas fases del proceso productivo y la instalación de viviendas de los operarios en el entorno de la fábrica.
En 1851 se amplió la sociedad admitiéndose a nuevos socios, si bien Pickman mantuvo su representación cercana al 50% durante ese tiempo. Los socios planearon en 1865 convertir la empresa en Sociedad Anónima de Acciones pero, por desacuerdos en cuanto al proyecto empresarial, la sociedad se liquidó y repartió en 1866. En dicho reparto, Pickman en solitario se quedó con la fábrica de La Cartuja, así como con los utensilios y accesorios; y continuó, junto a su hijo Ricardo, con la fabricación de cerámica bajo la misma razón social. Fue éste el periodo de mayor expansión comercial de la empresa y en el que empezó a ganar prestigio en el mercado nacional e internacional, obteniendo una serie de medallas y premios en exposiciones por toda Europa.
En 1883 murió el fundador de la fábrica, Carlos Pickman, y desde ese momento quedó como única propietaria su viuda, aunque como gerentes de la misma aparecen sus dos hijos, Ricardo y Guillermo, y uno de sus yernos; y con ellos la fábrica continúo funcionando bajo la misma razón social, Pickman y Cía. Pero la avanzada edad de María Josefa Pickman y la muerte del hijo mayor, Ricardo, provocaron la división del capital entre los herederos y la constitución de una sociedad mercantil anónima, Pickman S.A., en 1899.
A partir de esa época, Pickman S.A. continuó en manos de los descendientes del fundador hasta que a mediados del siglo XX las sucesivas ampliaciones de capital hicieron que dejaran de ser los principales accionistas y perdieran el control efectivo de la propiedad.
Además, la fábrica pasó de unos momentos álgidos a un importante declive económico. En líneas generales la producción disminuyó tanto en cantidad como en variedad, abandonándose líneas productivas como la azulejería o la cerámica artística debido a razones tanto de tipo externo a la fábrica como interno.
Pero a pesar de este paulatino declive la fábrica experimentó momentos de expansión en la década de los 60, época que coincidió con la declaración del monasterio como Conjunto Monumental Histórico en 1964 y con el expediente de expropiación sobre los terrenos que se instruyó en 1971; que obligaron a tomar la decisión de construir una nueva fábrica en otra ubicación. La localidad elegida para la nueva fábrica fue Salteras, que comenzó a funcionar en 1979, mientras que en 1981 se produjo el desalojo definitivo del monasterio. En este proceso de planificación del traslado, la fábrica tomó la decisión de depositar parte de ella en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla en 1973 con vistas a su exposición permanente, donde aún hoy existe una sala dedicada a la producción cerámica de Pickman La Cartuja.
En 1981 Ruiz Mateos adquirió un paquete minoritario pero hegemónico de las acciones, pero al año siguiente se produce la expropiación, pasando así Patrimonio del Estado a tutelar la empresa, junto con el resto de empresas de Rumasa, en 1983. Esta situación de interinidad no se solventó hasta 1985, cuando el Estado reprivatizó La Cartuja con un programa de saneamiento. A finales de 1992 se inauguró el museo de la fábrica y se inició una importante actividad publicitaria de la marca mediante la organización de exposiciones itinerantes por toda la geografía española y varias ciudades europeas entre 1994 y 2000. La conciencia del interés y valor de esta colección fue incrementándose y dio como fruto la declaración de la colección como Bien de Interés Cultural por parte de la Consejería de Cultura en 1996.
Los problemas financieros de esa época culminaron en 2001 cuando las deudas de la empresa con la Seguridad Social solo pudieron ser condonadas con la dación en pago de la colección y del archivo histórico de la fábrica. Actualmente, la colección se encuentra depositada en el Centro de Depósito de la Consejería de Cultura en San José de la Rinconada (Sevilla), además del depósito que se mantiene desde 1973 en el Museo de Artes y Costumbres Populares; mientras que el archivo histórico de la fábrica se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla.
Así mismo, es el empresario Antonio Herrezuelo quien en estos momentos se hace cargo de la fábrica, que sigue situada en Salteras, y continúa con la producción de vajillas y otras piezas de ajuar doméstico, a la par que se introducen nuevas líneas de producción con materiales como el gres, la loza vitrificada y la porcelana, y se va ampliando la gama de formas y decorados con la intención de adaptarse a nuevos mercados. Por su parte, el antiguo Monasterio de la Cartuja alberga las instalaciones del “Centro Andaluz de Arte Contemporáneo” y del “Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico”.
3. El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) se creó en febrero de 1990 con la intención de dotar a la Comunidad Autónoma de una institución apropiada para la investigación, conservación, promoción y difusión del arte contemporáneo. Desde sus inicios, uno de los principales objetivos del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo ha sido desarrollar un programa de actividades que, con una clara intención educativa, trata de promover el estudio y el fomento de la creación artística contemporánea internacional mediante exposiciones temporales, seminarios, talleres, conciertos, encuentros, recitales, ciclos de cine o conferencias
Fue en 1997 cuando el Monasterio de la Cartuja se convirtió en la sede del Centro, por lo que la oferta cultural de éste se complementa con la visita al propio monumento, que alberga un importante patrimonio artístico y arqueológico, producto de su dilatada historia.
4. El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico
El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) es la entidad científica de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía dedicada al patrimonio cultural desde 1989. Una agencia pública que se configura como un centro que integra todas las disciplinas del patrimonio histórico: investigación, documentación, conservación y restauración de bienes culturales y difusión y formación en patrimonio.
El IAPH está presente en las redes nacionales e internacionales por su dedicación al avance teórico y a la innovación tecnológica y por su compromiso con los patrimonios emergentes como los paisajes culturales, el patrimonio industrial y contemporáneo y la arqueología subacuática. Por su labor en el ámbito de la divulgación y la comunicación, el IAPH ha sido reconocido y forma parte de la Red de Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
El instituto se asienta sobre los restos del claustro de los legos del monasterio cartujo y la zona de almacenes, molinos y zonas administrativas cartujas y fabriles. Es la parte del monasterio que más ha sido transformada, debido en gran parte a su peor estado de conservación. En cambio, es la parte que mejor refleja el pasado del recinto como fábrica de cerámica, donde se han conservado los 5 magníficos hornos botella y otras instalaciones de la fábrica fundada en 1845 con técnicas inglesas.
5. Bibliografía
https://www.andalucia.org/es/cazalla-de-la-sierra-turismo-cultural-monasterio-de-la-cartuja-2
https://www.guiaturisticooficialsevilla.com/la-cartuja-de-sevilla-santa-maria-de-las-cuevas/
https://fundaciondescubre.es/patronos/instituto-andaluz-del-patrimonio-historico-iaph/
Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster en Estudios Históricos Avanzados en Historia Antigua y de Profesorado en Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato. Redactor Web.