En el día 11 de mayo del pasado año, los compañeros Sonia y Santiago disertaron en el programa de radio de Sevilla Misterior y Leyendas sobre la historia de la industria en Sevilla, una disertación a la que se pretende hacer referencia en el presente artículo.
1. Historia de la industria en Sevilla
El comienzo de la historia de la industria sevillana se puede situar en una etapa protoindustrial, con ejemplos como las atarazanas y los grandes astilleros de la ciudad, la Real Fábrica de Salitre de Sevilla, situada entre las puertas del Sol y del Osario, la mítica fábrica de tabacos, o la fábrica de artillería de San Bernardo.
A principios del siglo XIX, Sevilla fue una de las primeras ciudades españolas en experimentar la industrialización. La llegada del ferrocarril y la transformación del puerto de Sevilla permitieron la importación y exportación de bienes, lo que abrió nuevas oportunidades para las empresas locales. La ciudad comenzó a producir principalmente productos textiles como seda y algodón, así como productos alimenticios como el aceite de oliva.
El inicio del impulso industrial en Sevilla se apoya en las fundiciones, las instalaciones del sector químico (jabones, velas) y energético y otros muchos segmentos como la fábrica de harina o la de productos cerámicos de La Cartuja. Además, complejos como los de las fábricas de tabacos, artillería o pirotecnia ocupaban una posición muy destacada entre las fábricas estatales.
A mediados del siglo XIX la industrialización de Sevilla comenzó a florecer. La ciudad se convirtió en uno de los principales centros de producción de la industria textil en España y también se expandió a la fabricación de productos químicos y mecánicos. Durante este período, muchas empresas se establecieron en Sevilla y contribuyeron significativamente a la economía de la ciudad.
En torno a 1900 se produjo una multiplicación de establecimientos industriales, hasta 85 se llegan a contabilizar respecto a las décadas anteriores, lo que provoca una honda huella en la configuración de la ciudad, donde sobresalían las fundiciones, los centros relacionados con la cerámica, la madera, el corcho, la agroindustria (harina, aceite, tabaco), la química, el textil y la energía. En términos generales, se trataba de una industria ligada al entorno agrario y es notable la implantación de fábricas y almacenes en las inmediaciones de los tendidos ferroviarios.
Hacia 1930 se contabilizaban ya en Sevilla 189 establecimientos fabriles, si bien algunas se localizaban en la periferia de la ciudad, especialmente en San Jerónimo y los terrenos cercanos al nuevo puerto; y en el área de influencia de la capital, como San Juan de Aznalfarache. Como zonas industriales preferentes podemos mencionar la Macarena, Torneo y el casco norte, la carretera de Carmona, San Jerónimo, Nervión, Tabladilla, el Canal de Alfonso XIII, Triana y La Cartuja.
Pero a pesar de tener su época dorada, la industria de Sevilla enfrentó muchos desafíos en el siglo XX, pues la competencia internacional y sobre todo la falta de inversión llevaron a una disminución de la producción y al cierre de muchas fábricas. Sin embargo, a medida que Sevilla se fue transformando en una ciudad turística, en la década de los 90, la industria se empezó a renovar y se empezó a adaptar a los nuevos tiempos, pasando a ser Sevilla un importante centro de producción en la industria aeroespacial y tecnológica.
Buena prueba de ello es la potente empresa Airbus, con varios centros en la ciudad. También se puede mencionar el origen de la aviación en Sevilla de la mano de empresas históricas como Hispano Aviación que, desarrolló su actividad entre 1943 y 1972 en Triana; o CASA, que se instaló en 1921 en Tablada y hoy en día forma parte de Airbus Military.
También se puede mencionar en el campo de las bebidas a Cruzcampo, que se fundó en 1904, siendo adquirida en 1991 por la compañía Guinness y perteneciendo desde el año 2000 a la empresa cervecera neerlandesa Heineken.
También se encuentra FASA-Renault, la heredera de Industrias Subsidiarias de Aviación (ISA), que a partir de 1958 se encargaría de la fabricación de las cajas de velocidades de Renault, la actual Factoría de Sevilla; o el caso de Abengoa, que ha sido durante años todo un referente industrial y tecnológico desde que se fundara en 1941.
Para culminar se pueden resaltar complejos como los del puerto de Sevilla o el parque tecnológico Cartuja, quienes han tomado el relevo en la historia industrial de Sevilla; sin olvidar polos tan importantes como son Aerópolis, Herbas o DeRuy, en el área metropolitana; y que representan a sectores tan diversos como la agroindustria, la automoción, la aeronáutica, la industria química, la minería, la metalúrgica y la siderurgia.
A continuación se mencionarán algunos ejemplos que son reflejo de la historia de la industria sevillana.
2. El reflejo de la industria sevillana
Fábrica de tabacos
La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, situada entre la puerta de Jerez y el Prado de San Sebastián, fue la sede de la primera fábrica de tabacos establecida en Europa y la más grande durante mucho tiempo. El edificio comenzó su actividad productiva el verano de 1758, aunque en 1620 ya existía una fábrica o manufactura de tabacos en unas casas situadas en la collación de San Pedro.
El edificio industrial, del siglo XVIII, es uno de los de mayores dimensiones y mejor arquitectura de su género en España, a la vez que uno de los más antiguos de esa tipología que se conservan en Europa, de la época del Antiguo Régimen. Actualmente alberga el rectorado de la Universidad de Sevilla y las facultades de Geografía, Historia y Filología.
Cerámica Pickman
La Cartuja de Sevilla-Pickman S.A. es una empresa de cerámica especializada en loza fina y fundada por el británico Carlos Pickman, en el Monasterio de Santa María de las Cuevas, conocido como monasterio de la Cartuja de Sevilla en el siglo XIX.
Se estima que entre 1838 y 1840 se hacen las primeras obras necesarias para la ocupación y adaptación del conjunto del monasterio y que en esas fechas ya se había comenzado a producir en el recinto, pues se pueden encontrar una buena cantidad de piezas que aparecen en el inventario que figura en la constitución de la sociedad por aquellas fechas.
En la actualidad Pickman tiene su fábrica en Salteras, y el monasterio alberga las instalaciones del “Centro Andaluz de Arte Contemporáneo” y del “Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico”.
Los astilleros de Sevilla, las atarazanas y el puerto
La historia naval de Sevilla es muy extensa y curiosa ya que se trata de una ciudad de interior que afortunadamente tiene un río navegable. En 1252 el rey Alfonso X creó las Atarazanas Reales para la producción y protección de los barcos en lo que hoy es el centro histórico de Sevilla, en el barrio del Arenal. Esas instalaciones sirvieron posteriormente como almacén y fueron muy útiles durante el monopolio que tuvo Sevilla en el comercio con el Nuevo Mundo, desde 1503 hasta 1717. Las Atarazanas de Sevilla, que se conservan en la actualidad en el barrio del Arenal, constituyeron de esta forma la industria naval propiedad de la Corona de Castilla en la ciudad, estando operativas para esos fines entre los siglos XIII y XV.
El Puerto de Sevilla, por su parte, no ha cesado su actividad hasta nuestros días, desplazándose en la actualidad más al sur de dónde se encontraba en la Edad Media y la Edad Moderna.
En 1944 el Instituto Nacional de Industria de España creó los Astilleros de Sevilla y en 1955 se botó el primer buque. Esto generó un tremendo impacto económico en la ciudad y se creó la barriada de Elcano, al sur de la barriada de Heliópolis, donde vivían los trabajadores de esa industria. El astillero, tras pasar por varias fusiones y reconversiones, cerró el 1 de enero de 2012, pero en 2013 reabrió de forma parcial y desde entonces ha mantenido su actividad con más o menos cargas, sobre todo con trabajos de mantenimiento, rehabilitación y reconstrucción de embarcaciones.
Fábrica de Artillería
La Real Fábrica de Artillería de Sevilla representa un importante hito de la arquitectura industrial sevillana, íntimamente relacionada con la expansión ultramar de España en la Edad Moderna. El origen se encuentra en la Fábrica de Bronces de Sevilla, ubicada en dos solares del barrio de San Bernardo, con tan sólo un pequeño taller y dos hornos.
La Real Fábrica de Artillería inicia su construcción en el primer tercio del siglo XVIII, recibiendo un fuerte impulso constructivo durante el reinado de Carlos III en 1782. Es un enorme complejo con un conjunto de edificios y una fachada principal orientada a la avenida de Eduardo Dato, en el tramo comprendido entre el puente de San Bernardo y los jardines de la Buhaira. Fue objeto de múltiples ampliaciones para adecuarse a la artillería moderna. En 1932 la fábrica quedó incluida en el consorcio de industrias militares, como una sección del ministerio de guerra, que duraría hasta 1936. Según ley de 1959, la fábrica pasó a la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares, del Instituto Nacional de Industria. El edificio dejó de funcionar como fábrica en 1991.
En la actualidad se encuentra inmerso en un profundo proceso de restauración y adaptación para acoger el Centro de Industrias Culturales Magallanes.
Torre de los Perdigones
La torre de los Perdigones, creada en 1885, es una torre que formaba parte de la antigua fábrica de “San Francisco de Paula”, conocida popularmente como “Fábrica de Perdigones”, ubicada en la calle Resolana, en el barrio de San Gil de Sevilla junto al Puente de la Barqueta. La torre formaba parte del proceso de fabricación de perdigones. El material principal, el plomo, se fundía en un horno, y con unos grandes cucharones se echaba en cribas de distintos calibres (estos calibres determinaban el tamaño de los perdigones). A continuación, este plomo fundido se dejaba precipitar, mientras las ventanas dejaban entrar el aire, cuya corriente hacía que se enfriara el plomo, y por, efecto de la gravedad, los perdigones caían como lluvia.
Hytasa
El viernes 13 de junio de 1941 empezaron a funcionar las primeras máquinas en la fábrica de Hilaturas y Tejidos Andaluces, la mítica Hytasa; protagonista de una auténtica revolución industrial en plena posguerra, que marcó a fuego la historia del barrio de El Cerro del Águila. Hytasa, de hecho, se convirtió en la fábrica que le ponía el precio al algodón, teniendo prácticamente el monopolio.
A pesar de ello, en los años 70 se empezó a vislumbrar el final de la fábrica, pues los trabajadores se comenzaron a movilizar, y en una de las manifestaciones de 1977 se produjo un tiroteo que hirió Francisco Rodríguez Ledesma, un albañil que apoyaba la protesta de la plantilla en contra del desmantelamiento de Hytasa.
En la actualidad se trabaja en un nuevo proyecto para las antiguas naves de Hytasa.
Fábrica de vidrios la Trinidad
Luis Rodríguez Caso, impulsor de la Exposición Ibero-Americana de Sevilla en 1929, fundó la Fábrica de Vidrio “La Trinidad” en 1900 en la avenida de Miraflores. En la década de los años 70 y 80 comenzó la imparable decadencia de la fábrica, provocada por la llegada de nuevos productos al mercado, de la crisis de la economía española de 1973 y de nuevas técnicas de fabricación en serie mientras que la Trinidad mantuvo el mismo modo productivo consistente en una fabricación semi-industrial, más cercana al concepto de artesanía que al de industria. La difusión, iniciada en las dos décadas anteriores, de productos como el duralex y la técnica del tensionado del vidrio provocaron una disminución en las ventas de las fábricas semi-industriales. En 1999 se puso fin a la actividad y cerró la fábrica.
Actualmente se trabaja para que las naves y los espacios protegidos de la antigua fábrica se utilicen para proyectos de interés estratégico, social y cultural, mientras que el resto de instalaciones se destinarán a áreas públicas, nuevos equipamientos vecinales y viviendas.
Fábrica de sombreros
En 1885 la calle Maravillas acogió un floreciente negocio, que regentaba una importante familia, la familia Fernández y Roche. Pronto la fábrica se les quedó pequeña y entre 1916 y 1917 se acometieron las obras de ampliación del negocio. Se recurrió a un consumado arquitecto de la época, José Espiau y Muñoz, bajo cuya tutela se levantó un proyecto que agrandaban las instalaciones de la antigua fábrica de sombreros Fernández y Roche. El nuevo recinto se situó en un callejón sin salida que abarca el número 61 de la calle Castellar, el número 17 de la calle Maravillas y el número 4 de la calle Heliótropo.
En la actualidad la fábrica continúa con su producción desde Salteras.
Catalana de Gas
En la avenida Bueno Monreal de Sevilla, donde actualmente se encuentra el centro deportivo municipal Galisport, se situaba la antigua fábrica de la Compañía Catalana de Gas y Electricidad. De aquella vieja y enorme factoría ubicada junto a las vías férreas se conservan las tres edificaciones principales; el mencionado gimnasio, la sede de la Policía Local y del distrito Sur (en la calle Jorge Guillén) y el actual centro cívico Torre del Agua en la plaza Vicente Aleixandre, todos ellos muestras más que significativas del magnífico complejo arquitectónico de inspiración neomudéjar que puso en pie el mismísimo Aníbal González entre 1912 y 1915. El mayor de los tres, que era la central eléctrica de la fábrica, es que el hoy alberga el centro deportivo, mientras que los otros dos eran depósitos y talleres.
Matadero
El antiguo Matadero de Sevilla fue construido para sustituir al de San Bernardo en 1916 por José Sáez y López sobre terrenos donados por el Marqués de Nervión seis años antes, tanto para esta cuestión como para levantar una prisión, la de Ranillas. A este matadero traían el ganado para su despiece y cada tipo de ganado tenía un edificio propio preparado para dar muerte al animal. El matadero incluía también oficinas y viviendas del administrador y una portería. En la actualidad, en estas instalaciones de la avenida Ramón y Cajal esquina con la Ronda del Tamarguillo, se encuentran el colegio Ortiz de Zúñiga, el conservatorio profesional de música Francisco Guerrero y el centro de adultos San Juan de la Cruz, mientras que en todas las naves de lo que era la zona trasera de las instalaciones se erigió un instituto, conocido popularmente como “Matadero”, y, junto a él, la sede de la Delegación Provincial de Educación de la Junta de Andalucía.
Cerámica Santa Ana
El actual Museo de la Cerámica de Triana, se encontraba la Fábrica de Cerámica de Santa Ana, en la confluencia de Callao con Antillano Campos y que tiene sus orígenes en el último cuarto del siglo XIX. A partir de 1939, concluida la Guerra Civil, dirigieron la fábrica los hermanos Rodríguez Díaz ya con el nombre de Cerámica Santa Ana en honor de la patrona de Triana. El conjunto fabril incluía un edificio con siete hornos que se mantuvieron activos hasta finales del siglo XX, así como las instalaciones de la fábrica, los almacenes, pozos y depósitos de pigmentos.
Fábrica de sedas de Santiago Pérez
La casa y taller para esta fábrica de sedas se levantó en la avenida de Miraflores esquina con calle Los Polacos en 1917. Su actividad industrial no tuvo excesiva duración, tan solo hasta el año 1928, cuando su propietario falleció y la industria decayó de manera precipitada, pero por una u otra cuestión, el inmueble se mantuvo y después se protegió la fachada del edificio, que se encuentra en buen estado de conservación y mantiene en casi toda su integridad el diseño original. En el interior se han construido viviendas, pero el exterior permite contemplar cómo fue la Fábrica de Sedas.
Fábrica de tejidos de Enrique Ramírez
Este edificio se encuentra ubicado en la calle Torneo esquina con Bazán, Mendigorría y Pizarro, la periferia de la ciudad en el momento de su construcción, en 1908, y junto a las antiguas vías férreas que conectaban con el norte y separaban el barrio de los Humeros de la ribera del Guadalquivir. Su diseñador fue también Aníbal González, que hizo una fuerte apuesta por una arquitectura singular, especialmente en su dinámica fachada principal y en el tratamiento de sus elementos cerámicos exteriores de decoración. En él instaló su fábrica de tejidos Enrique Ramírez Pérez definitivamente en 1910, con una ampliación en 1920. Tras el cierre de la factoría por Ramírez llegada la década de los 30, fueron los almacenes de tejidos Alsesa los ocupantes del espléndido inmueble. Entre 1990 y 1992, el edificio fue rehabilitado para uso administrativo siendo actualmente la sede del Instituto Fomento de Andalucía (IFA) y después de la actual agenda Idea de la Junta de Andalucía.
Lonja del Barranco
Esta antigua lonja para la venta de pescado constituye junto al puente de Triana y la antigua estación de Plaza de Armas uno de los pocos ejemplos de la arquitectura de hierro de Sevilla. Su construcción se llevó a cabo entre 1876 y 1883, materializándose el espacio en un conjunto de cuatro naves que se presentan adosadas entre sí, cubiertas por bóvedas de cañón realizadas en hierro galvanizado, y con una estructura vertical a base de columnas de fundición. A lo largo de su historia este singular edificio ha sido utilizado para diferentes actividades, usándose como oficina de información turística y como centro de exposiciones, e incluso como mercadillo infantil los fines de semana. Desde 2014 este edificio alberga en su interior un mercado gourmet de especialidades gastronómicas, la denominada Lonja del Barranco. En su interior se programan además actividades culturales como conferencias, eventos, presentaciones y exposiciones.
3. Bibliografía
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6992371
https://www.juntadeandalucia.es/sites/default/files/2021-06/patrimonio_industrial_minas_fabricas.pdf
Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster en Estudios Históricos Avanzados en Historia Antigua y de Profesorado en Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato. Redactor Web.