
Descubrir España es descubrir “la cultura del toro”, y en Sevilla es una de sus tradiciones más arraigadas. Sevilla siempre ha estado ligada al mundo del toro y su semana grande, la feria de abril, vive sumergida en la magia de la fiesta nacional. Es la cuna del toro bravo, en sus campos se forjaron las primeras ganaderías de lidia y comenzó hace siglos la cría y selección de este animal único en el mundo.
El origen de las corridas de toros en España hunde sus raíces en la cultura grecolatina que es introducida en el proceso de romanización. Hay noticias documentadas sobre fiestas de toros en el año 1215. Recorrían los pueblos de España los llamados «matatoros» o «toreadores», divirtiendo al público mediante la práctica del toreo a pie de forma más o menos rudimentaria (sorteando o recortando a los toros, dándoles lanzadas o saltos, etc.).
Ya en el renacimiento, Miguel de Cervantes deja constancia de la cría de reses bravas para estas fiestas en el incidente que sufre Don Quijote de la Mancha quien grita a quien los transporta “¡Ea, canalla, para mí no hay toros que valgan, aunque sean de los más bravos que cría Jarama en sus riberas!”, apuntando la existencia de explotaciones ganaderas de intrínseca finalidad taurina.
Aunque la lidia de toros se practica desde muy antiguo, en la segunda mitad del siglo XVIII se produjeron en España una serie de novedades en su práctica que dio lugar a las corridas de toros en su sentido moderno:
- El toreo a pie sustituye al de a caballo.
- Los protagonistas ya no son caballeros pertenecientes a clases altas, sino gente del pueblo que se profesionaliza y cobra por su actuación.
- Nacen las ganaderías bravas y se comienza a seleccionar los toros para la lidia, frente a la situación anterior de mera espontaneidad.
- Se construyen las primeras plazas de toros como edificios permanentes destinados al festejo.
- Se escriben las primeras tauromaquias, que fijan la técnica y las normas y van definiendo el arte de torear.
El público y aficionado que acude por las tardes al coso taurino de la Real Maestranza de Caballería, considerada como una de las plazas de toros más importante del mundo, es un público exigente que examina cuidadosamente todo lo que acontece en el ruedo.
En ella se lidian cada tarde seis toros de las ganaderías más representativas del toreo, triunfar en ella y salir por la Puerta del Príncipe a hombros, supone entrar en la historia de la tauromaquia. El cartel de los festejos que acontecen durante la feria de abril en la plaza de toros de la Real Maestranza comienza el domingo de Resurrección y continúa hasta el domingo de feria.
Desde los comienzos de la feria en 1847 esta ya contó con el aliciente de los acontecimientos taurinos. Se celebró una corrida de toros el 17 de abril en la que se lidiaron seis ejemplares de la ganadería de Taviel de Andrade y dos de Francisco Arjona, para los diestros Juan Lucas Blanco de Sevilla y Manuel Díaz de Cádiz.
Corrida de Toros
La corrida de toros es un duelo a muerte entre el toro y el torero. Este duelo se lidia a píe por el torero y a caballo por el rejoneador. El torero de a píe es el responsable de sostener la lidia al toro con el capote, llevarlo al caballo, realizar la faena con la muleta y darle la muerte. El espectáculo comienza con el “paseíllo”, los alguacilillos tras la autorización recibida del presidente de la plaza comienzan el recorrido, tras ellos van los toreros con sus respectivas cuadrillas.
La corrida se divide en:
Tercio de varas. Durante este tercio el matador torea con el capote y el toro recibe una serie de puyazos en el morrillo que sirve para medir la bravura del toro dosificando su fuerza y su disposición a la embestida. El rejoneador mide su fuerza a caballo.
Tercio de banderillas. Durante este tercio los banderilleros clavan sobre el lomo del toro unos adornos llamados banderillas. Las banderillas consisten en un palo delgado de siete a ocho decímetros de largo adornado y con una punta de hierro en uno de sus extremos. Se utiliza para excitar y animar al toro después del tercio de varas. En el toreo a píe, el mismo matador puede poner las banderillas mientras que en el toreo a caballo el rejoneador es el que pone las banderillas.
Tercio de muerte. Durante este tercio el matador se enfrenta al duelo a muerte con el toro. El matador realiza la faena de la suerte de muleta para posteriormente darle la muerte con el estoque. El rejoneador le da muerte con el rejón.
Tanto el torero como el rejoneador son ayudados en determinadas ocasiones por los subalternos:
Banderilleros: Son los encargados de colocar los pares de banderillas al toro
Mozo de espadas: Persona de confianza. Es el encargado de asistir al matador durante el desarrollo de la corrida (capote, muleta, estoque…)
Picador: Prepara al toro para el tercio de muletas. Desde el caballo con una vara larga terminada en una puya metálica pica al toro.
Toro de Lidia
El toro de lidia es un animal criado y seleccionado para espectáculos taurinos.
Los primeros indicios de selección del toro bravo apuntan a los siglos XV y XVI pero fue en la segunda mitad del siglo XVII cuando las vacadas de toros bravos empezaron a organizarse sin fines comerciales. Un siglo más tarde aparecieron las ganaderías orientadas claramente a los espectáculos taurinos con fines comerciales por lo tanto el toro actual es un trabajo de selección efectuado desde principios del siglo XVIII.
Es un animal gregario que se siente seguro viviendo en manada. Cuando cumplen un año de edad son separados los machos de las hembras en manadas independientes. Según los años de edad se les denominan añojos (un año), erales (dos años), utreros (tres años), cuatreños (cuatro años) y cinqueños (cinco años).
Reales Maestranzas de Caballería
Las Reales Maestranzas de Caballería son corporaciones integradas por familias nobles, que en un principio se crearon con el fin de que estos se ejercitasen en la práctica de la equitación y en el manejo de las armas, consiguiendo con el tiempo la protección de la Corona Real, que disponía así de una caballería adiestrada. En el caso de Sevilla, aunque en 1.248 los caballeros del Rey Fernando III “El Santo” crearon una Cofradía o Hermandad Caballeresca, bajo advocación a San Hermenegildo, más tarde desapareció hasta que Carlos II, bajo su reinado fundó en el año 1670 el Real Cuerpo de Maestranza de Caballería de Sevilla.
Hoy en día, la institución realiza actividades benéficas y labores sociales para los más necesitados en la ciudad: comedores sociales, escuelas, ayudas de ámbito sanitario, etc. El dinero que destina la Real Maestranza de Sevilla procede de distintas fuentes, siendo una de las más importantes la que recibe de la empresa que organiza las corridas de toros, que supuestamente es un porcentaje de los recaudado en la taquilla. El cargo de hermano mayor de la Real Maestranza, lo ostenta Su Majestad El Rey.
Real Maestranza de Caballería de Sevilla
La Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla es el coso taurino más antiguo de España. Sede de las corridas de toros que se realizan en el marco de la Feria de Abril de Sevilla, uno de los festejos taurinos más reconocidos en el mundo.
Es considerada uno de los centros de atracción turística más populares de la ciudad y está entre los monumentos más visitados de la misma. Como plaza es una de las más difíciles del mundo por su disposición y características, además de su público, del cual se dice es de los más duros y difíciles entre la afición taurina.
Aunque parezca una reiteración, al principio, plaza y plaza de toros habían sido uno y el mismo espacio urbano. Una plaza —cualquier plaza de una ciudad— se convertía en plaza de toros mediante una operación circunstancial: se cerraban las calles de acceso con tablamentos o carros, se levantaba un graderío de madera y se engalanaban los balcones de los edificios que enmarcaban la plaza para alojar al público de mayor rango.
En Sevilla, se va a proyectar, por primera vez, un edificio sui generis, una plaza de toros que, en cierto modo, será una anti-plaza urbana, la negación de lo que, hasta entonces, los ciudadanos habían tenido por plaza.
Con anterioridad al siglo XVIII las corridas de toros se celebraban un poco por todas las plazas de Sevilla aunque las más importantes, las que tenían un rango oficial y conmemoraban alguna fecha singular, en la plaza mayor o plaza de San Francisco. Es decir, cuando finalizaba el siglo XVII, nuestra ciudad no tenía todavía un lugar especializado para correr toros.
La plaza mayor, auténtico centro geográfico y ceremonial de la mayoría de los pueblos y ciudades de España, consiste en un espacio abierto, cuidadosamente urbanizado, donde los habitantes se reúnen cotidianamente —al modo del foro romano— para conversar y esparcirse. Fue antaño, como lo es hogaño, en algunos lugares de España y América, el espacio privilegiado para celebrar fiestas y espectáculos y, en especial, corridas de toros.
En 1749 se comienza la construcción de un coso circular en el monte del Baratillo en sustitución de la plaza de toros rectangular ubicada en el lugar. Posteriormente, en 1761, se acomete la construcción por ochavas (equivalente cada ochava a cuatro arcos). Son maestros de obra en esta primera etapa de construcción Francisco Sánchez de Aragón y Pedro y Vicente San Martín. La fachada interior de la plaza llamada Palco del Príncipe se concluye en 1765, este palco consta de dos cuerpos: la puerta de acceso a la plaza y por la que salen los toreros triunfadores, y el palco propiamente dicho, de uso exclusivo de la Familia Real.
Está compuesto en su parte superior por cuatro arcos sobre los cuales descansa una bóveda de media naranja, que en su parte superior está recubierta por azulejos blancos y azules. El grupo escultórico que lo remata es obra del escultor portugués Cayetano de Acosta. El Palco fue realizado para el Infante de España, Felipe de Borbón, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio.
Dada la prohibición de celebración de corridas de toros por parte de Carlos III en 1786, se paralizan las obras la cuales se dan por concluidas, aunque sólo se había construido un tercio de la plaza. De esta etapa es también el antiguo Palco de la Diputación posteriormente llamado de Ganaderos, situado sobre la puerta de toriles y frente al Palco del Príncipe. La cubierta de las gradas de la mitad de la plaza se termina transcurridos 34 años, a la izquierda y derecha del Palco del Príncipe; quedando abierta una panorámica de la Catedral y la Giralda desde la gradería, como quedó reflejado en gran número de estampas de la época.
Para 1868 el Palco de la Diputación se encontraba en tan lamentable estado que se acomete la mejora del mismo, colocándosele nuevo suelo y una balaustrada de mármol, además del escudo de la Real Maestranza de Caballería, obra del escultor italiano Augusto Franchy. Se realiza además la construcción de cinco balcones a cada lado del Palco de la Diputación, donde actualmente se encuentra el reloj de la plaza.
Finaliza en 1881 la construcción de la plaza cerrándose completamente la misma, quedando entonces construida en sus dos terceras partes en cantería y el resto en madera. Entre los años 1914 a 1915 se reforma el tendido en piedra sustituyéndolo por otro en ladrillo bajo la dirección del arquitecto sevillano Aníbal González.
Se construyen de nuevo todos los tendidos con una pendiente más suave. El número de filas de tendido de sombra pasó de diez a doce y a catorce en los de sol, además de tres filas de barrera. En la parte superior del tendido de sombra, delante de los palcos, se edifica una fila de sillones de tendido.
Ya por estas fechas comienzan a construirse viviendas adosadas a la plaza en torno a su perímetro, que continuarán construyéndose hasta la última intervención de Aníbal González en la denominada Casa de la Real Maestranza, con fachada al Paseo de Colón y unida a la Plaza mediante un elegante pasadizo o galería superior. Bien de Interés Cultural, la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla está catalogada como Monumento, según aparece publicado en el BOE con fecha de 1984.
Museo Taurino
Por iniciativa de la Real Maestranza de Caballería, el museo fue inaugurado el 5 de abril del año 1989 en un acto presidido por Su Alteza Real la Condesa de Barcelona. Distribuido en varias naves abovedadas que antiguamente eran utilizadas como almacenes, muestra la historia de la propia corporación y de la tauromaquia. Sus fondos están compuestos por pinturas, carteles taurinos, bronces, azulejos trajes de luces, capotes de brega y paseo, cabezas de toros, etc.
Su entrada se ubica en una puerta anexa a la del Príncipe, puerta por donde salen los toreros triunfadores en la corrida.
CARTEL TEMPORADA TOROS SEVILLA
Fuente: http://www.sevillaferiaabril.com / http://institucional.us.es / https://es.wikipedia.org / http://www.visitasevilla.es

Antonio Bejarano.
Sevillano apasionado de la Historia y las Leyendas de su ciudad creó la Web ”Sevilla Misterios y Leyendas” en el año 2010.
En la actualidad es CEO de la misma y Director del programa de radio del mismo nombre que se emite en NEO FM desde 2021.