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San Fernando patrón de los Sastres

La leyenda que traemos hoy se enmarca en el momento de la conquista de Sevilla, cuando las huestes cristianas de Fernando III han cercado la ciudad de Ysbilia.

La Hermandad del Gremio de los Sastres es la más antigua de la ciudad, Fue fundada en 1247, y tuvo como hermano mayor al propio San Fernando.

La leyenda de San Fernando. Patrón de Sevilla

Pero es que además existe una leyenda que tiene al monarca como protagonista. Las tropas cristianas tenían su campamento base en Tablada. Los sevillanos de entonces intentan asaltar el campamento por sorpresa en varias ocasiones, fracasando siempre frente a la continua vigilancia de sus enemigos. El hambre empieza a hacer mella en la ciudad, a pesar de que contaban con huertas interiores, y refinan sus ataques a los cristianos.

El rey, que era muy devoto de la Virgen, tenía hincado ante su tienda, de día y de noche, un estandarte de seda que tenía bordado la imagen de la Virgen María, y éste objeto se convierte en el objetivo de los musulmanes. En tiempos de gran religiosidad y superstición, pensaron que, si se hacían con él, mellarían en la moral de caballeros y soldados, que considerarían que Dios les había abandonado.

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Es algo que antes se tenía en mucha consideración en las batallas, conseguir un estandarte era más o menos el equivalente a una victoria adelantada. De tal forma formaron dos grupos de caballería, atacando uno de ellos el campamento y el otro, oculto tras un cerro, esperaría a que las tropas cristianas estuvieran distraídas para entrar por sorpresa por el otro lado y arrebatarles el estandarte y llevarlo al interior de la ciudad.

Así lo hicieron, saliendo de las murallas con los cascos de los caballos envueltos en trapos para que no hicieran ruido. Se colocaron cada uno en un extremo del campamento. Poco después del amanecer, un escuadrón atacó por el lado del campo que daba hacia Triana. Son descubiertos por los centinelas, que dan la voz de alarma.

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El otro grupo de jinetes le ha dado la vuelta al campamento y se sitúan en el lado que daba al arroyo Tagarete, en lo que hoy es precisamente la calle de San Fernando.

Lo que realmente ocurrió es que San Fernando estaba en esos momentos escuchando misa de boca de Don Remondo, por entonces capellán de las tropas y que luego sería primer arzobispo de la ciudad tras la conquista.
Y para no interrumpir al monarca, es Pelay Correa quien comanda a los hombres para reducir a los primeros asaltantes, colocándose en la empalizada que daba a Triana, tal como habían previsto los musulmanes.

alliveSSevilla Twitterren: "#SanFernando. #LeyendasdeSevilla. LA LEYENDA DE  SAN FERNANDO Y LA VIRGEN DE LOS REYES... ¡CONQUISTARÁS SEVILLA! Poco antes  d la #ReconquistadeSevilla, el rey Fernando III, el Santo, estaba rezando  en el

El segundo grupo de los musulmanes rompe la empalizada y accede al campamento. El rey, que estaba arrodillado, siente que los enemigos se acercan a su tienda, echa mano de su espada Lobera, de la que hablaremos a continuación de esta leyenda, y sale de la tienda para hacerles frente. Consigue desviar con el escudo la lanza que le arroja el jinete de vanguardia, al que golpea con la espada, derribándolo de su montura.

Lo mismo hizo con el segundo, y para cuando llegaron más ya se habían armado algunos caballeros, que auxiliaron al rey. Los cristianos toman el control de la empalizada y los enemigos se retiran, no sin antes asaetar la tienda, desgarrando una de las flechas el estandarte de la Virgen.

Prácticamente la dejaron destrozada, pero San Fernando, con los ojos llorosos, procedió a recoger el estandarte destrozado, lo llevó a su tienda y se lo mostró a Don Remondo. El capellán le dijo que era necesario arreglarlo para que la moral de la tropa no se viera afectada.

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Es cuando bendice el estandarte y sale de la tienda a buscar a alguno de los sastres que formaban parte del ejército, también llamados por entonces alfayates. Pero San Fernando le dice que se detenga, ya que, al ser un estandarte de la Virgen, sólo a un rey le corresponde su arreglo.

Y, según la leyenda, se dice que el monarca echó mano de una aguja y de un hilo y se puso a zurcir el estandarte, mientras sus labios rezaban devotamente a la Madre del Señor.

La proeza del rey llegó a oídos de los sastres, que la festejan con alegría. Por ello acuerdan entregarle la carta de examen por la que se le admitía como sastre examinado, habiendo sido su prueba el zurcido del estandarte, convirtiéndose asi en miembro de pleno derecho del gremio de sastres o alfayates.

Pero no queda ahí la cosa, pasado algún tiempo, Isbilya se rinde y empieza la dominación castellana. El rey otorga a esta hermandad talleres y un hospital en una calle que hasta hace varias décadas se llamaba Alfayates, y Rodríguez Zapata en la actualidad.

Es una calle estrecha que da Hernando Colón, antigua calle donde se vendía la seda. Es ésta la sede la Hermandad de San Mateo, que más tarde añaden a su tutela a la Virgen de los Reyes y al propio San Fernando, cuando éste es canonizado.

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Dicha hermandad, que ha llegado hasta la actualidad, tiene sus cultos en la iglesia de San Idelfonso. Pero no es la única anécdota que tiene a San Fernando y los estandartes como protagonistas.

Pues se dice que, nada más rendida la ciudad, se dirigió a la torre del Homenaje o de Abdelaziz, todavía hoy en pie en la Avenida de la Constitución, lugar donde ondeó por primera vez el pendón de Castilla en la ciudad de Sevilla.

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En cualquier caso, estamos en el origen del escudo de España, que empezó cuartelado y que fue usado a partir de entonces para representar en un mismo blasón dos o más posesiones, y a posteriori, en los cuarteles inferiores se fueron añadiendo los otros reinos anexionados.

El histórico pendón se conserva desde entonces en la catedral. Tras la canonización de San Fernando en 1671 adquiere condición de reliquia, junto con otras pertenencias del monarca que se conservan en dicha catedral, como su espada Lobera o las espuelas.

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