Maese Perez el organista

Maese Pérez es un personaje creado por Gustavo Adolfo Bécquer y que protagoniza una de las Leyendas de este autor. Maese era un anciano ciego de nacimiento de 76 años de edad y poseedor de un don especial para tocar el órgano. No poseía amigos, y sólo tenía una hija. Era un hombre solitario y austero que no tenía mucho dinero, pero hacia todo lo posible por compartirlo con los más desfavorecidos.

La leyenda habla de este músico que tocaba extremadamente bien el órgano. Su fama era reconocida por toda la cuidad y el día de Nochebuena tocaba en la iglesia de Santa Inés, en la cual se congregaba muchísima gente, desde los más pobres hasta los más influyentes y poderosos de la cuidad. Maese Pérez se negaba a tocar en un órgano que no fuese el de la iglesia de Santa Inés.


Era día de Nochebuena y se esperaba al maestro con gran impaciencia para que empezase la misa, pero se estaba retrasando, cuando entró un hombre que anunciaba que el músico ciego estaba enfermo y no podría tocar esa noche. Entonces un hombre que también tocaba el órgano, aunque lo hacía muy mal, quiso sustituirle, pero en ese momento alguien anunció la llegada de maese Pérez.

Estaba débil y a punto de morir, pero ni siquiera su hija le había podido detener para que viniese a tocar el órgano. Él decía que era su última misa y que quería tocarla. Cuando ya llegaba el final de la misa maese Pérez murió en el órgano. Había pasado un año exacto, y ese año la misa la tocaría aquel hombre que quiso sustituir a maese el año pasado, el organista de San Román. La gente estaba planeando no dejarle tocar montando un gran escándalo.

Cuando ya iba a empezar la música, en vez de oír los ruidos desacordados que esperaban oyeron una música igual a la que hacía maese Pérez, por lo que la gente calló y dejaron tocar al organista de San Román. El organista bajó algo confuso del órgano cuando se acabó la música y accedió a algo que maese Pérez nunca había accedido: el año próximo tocaría el órgano en la catedral, en vez de en la iglesia de Santa Inés.

Había pasado otro año. Estaban la hija de maese y la abadesa de la iglesia en la misma. Este año no habría la asistencia de otros, toda la gente se iría a la catedral. En la iglesia iba a tocar la hija de maese. Hablando con la abadesa le confesó que ayer cuando vino a ensayar juró haber visto a su padre, pero la abadesa no le creyó. Llegó el momento de la misa y cuando la hija se fue a sentar en el banco vio a su padre. Lo dijo, y aunque nadie vio nada, el órgano estaba solo y se seguía tocando como solo maese sabía.

La música de ese año en Santa Inés fue la de siempre, y dicen que lo de la catedral fue una cosa horrorosa. El misterioso ánima siguió tocando todos los años, hasta que cambiaron el
órgano. Desde entonces no se le ha vuelto a oír.

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Fuente: http://sites.google.com/site/mimundolasleyendas/

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3 comentarios

  1. ya esta corregido, el problema es que esta recopilado de artículos ya existentes en la red, intento pasar el corrector, pero hay veces que algo se escapa, gracias por el aviso,

    saludos

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