
Cuenta la Leyenda medieval que unas crías de pelícano hambrientas disputándose la comida hieren al padre, este las golpea a su vez y las mata; tres días después llega la madre al nido encontrando las crías muertas, se abre el pecho a picotazos y su sangre esparcida sobre las avecillas le devuelve la vida. (Leyenda que aparece en los bestiarios: “En la literatura medieval, colección de fábulas o leyendas referentes a animales reales o quiméricos”)
De forma análoga no debemos olvidar cómo Jesús derramó su sangre para la salvación de los hombres en prueba de su Amor.

Simbólicamente, el amor de Cristo es representado en iconografía con la imagen de un pelícano abriéndose el pecho para alimentar a sus crías con su sangre. Paralelamente, esta metáfora se aplica a Cristo, que con su sangre, derramada por nosotros, nos redime para la salvación. Por eso nos aparece el pelícano a los pies de la cruz (en su parte trasera) del Santísimo Cristo del Amor.
Este acto se asemeja al sacrificio que Cristo hizo por nosotros. Murió para nutrirnos de su amor. Él es el alimento que da vida. Cristo entrega su Cuerpo y Sangre por cada uno de nosotros: sus hijos predilectos, y Él mismo igual que las crias del pelícano al tercer día resucitó
Tanto el paso del Santísimo Cristo del Amor como el pelícano son obras realizada en el año 1694 por el insigne artista Francisco Antonio Ruiz Gijón.
Fuente: http://cofrades.sevilla.abc.es

Antonio Bejarano.
Sevillano apasionado de la Historia y las Leyendas de su ciudad creó la Web ”Sevilla Misterios y Leyendas” en el año 2010.
En la actualidad es CEO de la misma y Director del programa de radio del mismo nombre que se emite en NEO FM desde 2021.
Eso NO es un pelicano, será un cisne, o una oca o lo que vosotros querais, pero el pajaro achaparrado de larguisimo pico con una bolsa en el mismo, no es.