Se encontró por aquellos días con el mayordomo del Gran poder, antiguo amigo suyo, y el cual, que iba entusiasmado y enfervorizado porque había dejado momentos antes el “paso” del señor ya preparado, dispuesto a salir a la calle, al encontrar a su amigo el mecánico le dijo que porque no se llegaba a San Lorenzo para ver al Gran poder, que hacia tiempo que no le veía por allí. A lo que el mecánico le repuso airadamente, ¿ir ver al Gran Poder? Como que yo no tengo otras cosas que hacer mas importantes que hacer, que si el señor del Gran Poder tiene interés en verme, !que venga a mi casa!, mosqueado se separo de su amigo sin despedirse.
A mitad de Eduardo Dato se encontraba ya la procesión cuando empezó a chispear. Iban a refugiar lo en el Sanatorio de los Niños lisiados de San Juan de Dios, apretaron el paso los costaleros, los músicos iban tapando como podían los papeles de partituras y los parches de los tambores para que no se mojasen. Los cirios del acompañamiento y las velas de las candelarias del paso ya se habían apagado con las primeras gotas. Cuando llegaron al sitio resulta que la puerta era demasiado estrecha y el paso no podía entrar.
Decidieron llevarlo a la iglesia de Nervion pero llovía a cantaros y para evitar el daño de la imagen, dijeron que lo metiera en algún portal. El portal era grande, pero no tenia cabida para todo el acompañamiento, se produjo la desbandada. Cada acompañante huyo a refugiarse donde pudo, en los edificios inmediatos, en los bares del barrio. y allí quedo el “paso”, con solo acompañamiento que la pareja de guarda que los escoltaban, y los hermanos de la Junta de gobierno de la Hermandad. Atardecía mas oscuro el día que lo acostumbrado por estar el cielo cubierto, y no cesaba de llover.
A esa hora, el hombre cerro el taller mecánico, y alzándose el cuello de la chaqueta para protegerse algo contra la lluvia, se dirigió a su casa. De repente, al entrar en el portal vio la luz de los críos, la impresionante figura del señor del Gran poder, con la cruz a cuestas y la dramática expresión del rostro, mirando hacia él fijamente. El hombre sintió que se le aflojaban las piernas. Recordó vivamente la frase que dijo horas antes, si el señor del Gran Poder tiene interés en verme, !que venga a mi casa!, y allí estaba en su casa, el Señor del Gran Poder, con la cruz a cuestas, los pies sangrantes, la cara suficiente y mansa, mirándole desde lo alto del
paso, entre el resplandor amarillento de las velas.
Más que leyenda es una historia real al tener personajes con nombres y apellidos, esa persona era un ex futbolista , llamado Juan Araujo, que al colgar las botas de futbolista monto un taller mecánico.
Leyenda enviada por Loli Ramirez Acemel
Sevillano apasionado de la Historia y las Leyendas de su ciudad creó la Web ”Sevilla Misterios y Leyendas” en el año 2010.
En la actualidad es CEO de la misma y Director del programa de radio del mismo nombre que se emite en NEO FM desde 2021.
Esta leyenda la conocia contada por un antiguo hermano mayor del Gran Poder.
Pero hay una diferencia:
El mecanico era hermano del gran Poder y muy devoto, pero tenía una niña enferma y fué a pedir al señor que la curara varias veces al final la niña murio, y en San Lorenzo le dijo al cristo, ya no vengo más a verte si quieres algo de mi ven tu a mi casa ya que no me has hecho el favor que te pedi.
Otra cosa el hermano mayor nunca dijo el nombre pero como yo soy de la ciudad Jardin y es la Iglesia más antigua de la zona y junta a ella esta el garaje pues, nada más.
pues muchas gracias por la aclaracion,
saludos