El Rey Mago de Tarsis

Todo el mundo habla de lo mismo, hay un revuelo general que nos tiene a todos incrédulos, el Papa (Joseph Ratzinger-Benedicto XVI) ha escrito un nuevo libro de su trilogía sobre Jesús de Nazaret. En este caso el libro tiene el título de “La infancia de Jesús” y trata precisamente sobre los primeros años de la vida de Jesucristo.

Ya nos tiro por tierra una tradición que nos hacia poner en los Belenes la típica mula y el buey, pero da igual, eso no se rompe asi por que asi de un dia para otro, seguiremos poniendolos por mucho que lo diga el mismísimo Papa.

Pero para no quedarse corto ahora nos trae otra historia que tambien nos ha puesto en el umbral de la noticia, los Reyes Magos eran de esta zona del mundo, aunque mas adelante veremos que solo lo fue uno de ellos.

Un extracto de este libro dice :

… De una manera diferente están siguiendo a Sócrates y a sus preguntas sobre la verdad más grande, más allá de la religión oficial. En este sentido, estos hombres son predecesores, precursores de los buscadores de la verdad propios de todos los tiempos. Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios.

La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis, Tartesos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa. El rey de color aparece siempre: en el reino de Jesucristo no hay distinción por la raza o el origen. En él y por él, la humanidad está unida sin perder la riqueza de la variedad. Más tarde se ha relacionado a los tres reyes con las tres edades de la vida del hombre: la juventud, la edad madura y la vejez…>>

Según Benedicto XVI, la Iglesia ha interpretado los pasajes de la Natividad basándose en salmos y textos anteriores. En concreto el pasaje los Reyes Magos está basado en el salmo de Isaías 60 y el salmo 72,10 del Libro de los Salmos.

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La sección en la que el salmo de Isaías 60 nombra a Tarsis es las siguiente:

Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

El Salmo 72,10 por su parte dice:

Que le paguen tributo los reyes de Tarsis
    y de las costas remotas;
que los reyes de Sabá y de Seba
    le traigan presentes.
Que ante él se inclinen todos los reyes;
    ¡que le sirvan todas las naciones!

Desde hace tiempo estos salmos han sido vistos como un indicio de relaciones entre Tartessos o Tarsis con su oro y su plata y el mundo del Oriente mediterráneo (a través de los fenicios por supuesto).

Natu
ralmente ni que decir tiene que esta relación de los “Magos del Evangelio” con Tarsis forma parte de una exégesis del Benedicto XVI, que en estos temas no habla ex-catedra y que tampoco significa una discusión científica entre arquólogos e historiadores. Por el contrario Benedicto XVI aporta una visión teológica que cuestiona la tradición cristiana sin suplantarla, porque en esta materia de si eran tres o diez los “Reyes Magos” juega un papel la “tradición” al márgen de la “revelación”, sin que una excluya a la otra. Por tanto esto que afirma el Papa no tiene un mayor valor al margen de “su” interpretación de unos textos bíblicos.

De hecho en la época de Jesús , durante el gobierno del Emperador Augusto, Tarsis (Tartessos) ya hacía mucho tiempo que había desaparecido.El tema nos lleva de nuevo al ya muy trilado asunto de si Tarsis de la Bíblia es la misma que Tartessos. Si bien al menos en algunos casos en que se cita sí se pueden ambos términos asociarse entre sí y de hecho en ello coinciden muchos historiadores en la actualidad, estando rebatida la idea que en todos los casos en que se cita se refiere a otro lugar, que estuviese en la India. En particular es coherente que Tarsis y Tartessos coinciden en base a la coherencia interna de las descripciones que hace la Biblia. Otro tema es que las “naves de Tarsis” de los cananeos (fenicios) sean simplemente unas de un tipo particular para hacer largas singladuras como por ej. a Tarsis o a Ofir.

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Pero cual es la verdadera procedencia de los Magos de Oriente. La mayoría de los expertos en ese apasionante acontecimiento se decantan que fueron originarios de Persia (Magos astrólogos de la religión de Zoroastro). No obstante no se descartan otras alternativas como las de que pudieran provenir de Caldea, Siria, Arabia, Saba, Nubia, La India, el Kurdistán y Tarsis.

Esta hipótesis no es nueva,en el artículo: ‘¿Era andaluz uno de los Reyes Magos?’. (ABC de 6 de enero de 1967), José Camón Aznar deja abierta la posibilidad de que uno de los Magos fuera de Andalucía, del mítico reino de Tartessos y en concreto se refiere al que obsequió con oro a Jesús, ya que Tartessos era rico en la posesión de metales nobles e identifica a esa región con Tarsis. Camón hace referencia al ya reseñado salmo de Salomón en el que se vaticina que «Los monarcas de Tarsis y las islas / ofrecerán tributo.»

En consecuencia, la hipótesis de Camón Aznar sobre que alguno de los Magos pudiera provenir de Tartessos no es nada anómala. Se sabe que este reino tuvo como uno de sus soberanos a Argantonio (vivió unos 80 años ) y mantuvo relaciones comerciales con los fenicios y los foceos. El declive de Tartessos se inició en el siglo IV a. de c. en el momento que pasó a dominio de los cartagineses.

Tarsis, mencionado en los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel, Primero de los Reyes y Jonás, se asocia con la antigua civilización de Tartessos o, al menos, con algún lugar de la Península Ibérica. Si esta identificación fuese correcta, el contacto de los judíos con la Península Ibérica se remontaría a la época de Salomón.

Parece claro, en cualquier caso, que el reino de Israel mantuvo relaciones comerciales con un lugar llamado Tarsis. En Ezequiel 27:12 así se dice: “Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas, con plata, hierro, estaño y plomo a cambio de tus mercaderías.”

También se hace referencia a este comercio en 1º de los Reyes 10:22, donde se dice que “una vez cada tres años la flota de Tarsis venía y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales”. Al describir el imperio comercial de Tiro, de oeste a este, Tarsis es el primer lugar que se cita (Ezequiel 27:12-14) y es asimismo el país lejano al que Jonás quiere ir para escapar a Jehová (Jonás 1:3), lo que sugiere que el país de Tarsis se encontraba en el extremo occidental del Mediterráneo. Los fenicios, aliados de los israelitas en la época de Salomón, mantuvieron además una estrecha relación comercial con la Península Ibérica (la fundación de Gades (Cádiz) suele datarse en el año 1100 a. EC.).

Todo ello deja abierta la posibilidad de que llegase a haber relación entre los israelitas y la Península Ibérica a comienzos del I milenio a. EC., pero no ofrece prueba alguna que demuestre que haya ocurrido así. En Cádiz
se encontró un sello que data de los siglos VIII o VII a. EC., en el que hay una inscripción que según algunos autores sería antiguo hebreo, pero la mayoría de los investigadores consideran que se trata de fenicio.

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