El investigador José Manuel García Bautista nos narra esta historia que también incluye en su último libro «La Sevilla paranormal» (Almuzara). El edificio también es denominado como Palacio del Marqués de Aracena y se ubica en pleno casco histórico de la ciudad y obra, en el siglo XX, de Francisco Javier Sánchez-Dalp y Calonge, marqués de Aracena, con el insigne arquitecto Aníbal González y la participación de José Espiau. Las historias que de allí se saben son escalofriantes, sin embargo, el silencio ha predominado durante años. No obstante, durante la grabación de la serie sus actores tuvieron interesantes experiencias que sí se han atrevieron a narrar en el transcurso de una entrevista promocional en el programa de Pablo Motos «El Hormiguero». La actriz sevillana María León comentaba como durante el rodaje han tenido sensaciones de estar siendo acompañados u observados, incluso ella misma cuenta lo que le sucedió: «estaba en el servicio ya que necesitaba orinar, es un baño antiguo con una ducha frente, de repente sentí algo y se abrió la ducha sola, vi cómo se abría, entonces me dije que eso era imposible y dije: ‘Rocío déjate de cachondeo’, llamé a un compañero y la ducha volvió abrirse, y dije que si podía abrirse de nuevo y se abrió, muy fuerte».
El equipo ha bautizado incluso al fantasma, dicen que pertenece a una niña y la llaman Rocío. Pero no es la única experiencia, en la sala de maquillaje las luces presentan un mal funcionamiento, encendiéndose y apagándose a voluntad, suficiente para que, con la risa nerviosa, digan aquello de: «ya está aquí Rocío». El equipo técnico no le encuentra explicación.
[Ver vídeo a partir del minuto 5:15]
El actor onubense Mariano Peñatambién habló de las particulares bromas que les gasta el fantasma de Rocío.
Bautista comenta que hace unos años, durante la redacción e investigación de su obra «Guía Secreta de Sevilla» un vigilante de seguridad le narraba cómo por las noches sentían pisadas y ruidos extraños en la planta superior, cómo sentían llorar a alguien o experimentaban caídas fortísimas de temperatura, incluso recogió alguna psicofonía en su móvil que le invitaba a irse del lugar.
El Palacio de Monsalves se alza sobre un edificio del siglo XVI pero conserva muy poco de su disposición primitiva y hoy es el hogar de algo inexplicable que inquieta a todo el que trabaja en su interior.
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