Una entrañable tienda sevillana que hace justo veinte años que ya no está con nosotros, desde que cerró sus puertas allá en el verano de 1991…
Como podéis apreciar en la fotografía, nos estamos refiriendo a “CASA MARCIANO”, el establecimiento famoso por el enorme jamón que se exponía en su escaparate de la Calle Lineros y que era venerado por toda Sevilla, que durante mucho tiempo pudo apreciar, también expuesta en el escaparate, una fotografía del señor cerdo a quien correspondía tan delicioso pernil…
Fue fundada esta tienda en el año 1928 en el número 4 de la Calle Lineros por el santanderino Don Marciano Diaz, a quien no debió irle nada mal el negocio dado que diez años más tarde, en 1938, la amplió al adquirir el local del contiguo número 6 de la misma calle, que había sido anteriorme
nte una quincallería y hojalatería, siendo que el escaparate de esta parte “más nueva” de la tienda es el que vemos en la fotografía…
Con la inconfundible torre de la Iglesia de San Pedro al fondo, vemos esta fotografía que nos muestra el aspecto que tenía la entonces llamada PLAZA DE ARGUELLES en torno al año 1900.
Los orígenes de este amplio espacio abierto entre el caserío hispalense, hemos de buscarlos en torno a principios del siglo XVI cuando se unieron la antigua Plazuela del Mesón del Rey o de la Vinatería (llamada así por las bodegas que había en la zona) con una parte desaparecida de la Calle de la Morería, derribada a raiz de la expulsión de los moriscos decretada en 1502. El primero de los nombres que hemos apuntado se mantuvo para el lugar hasta el año 1665, en que pasó a ser conocida por “Plaza de los Descalzos” o “Plaza de la Trinidad”, en honor al convento de Trinitarios descalzos que se había levantado en el lugar (del que queda una parte del templo, en la llamada precisamente “Calle Descalzos”).
A la izquierda de la instantánea vemos un punto de coches de caballos justo por delante del inmueble que hubo allí hasta hace más o menos un cuarto de siglo, en que pasó allí a levantarse el moderno edificio sede de los Arquitectos sevillanos…
Año 1970, estamos en ensanche o pequeña plazuela que hace la calle MURO DE LOS NAVARROS que viene por la izquierda con la CALLE SALINAS que surge a la derecha y que con la calle Leoncillos y Diego de Merlo nos desembocan en ese lugar tan emblemático de la geografía sevillana cual es la PUERTA DEL OSARIO, nombre que le proviene al sitio no porque allí hubiera algún cementerio, sino porque es una deformación del latín “Onzario” (número de onzas) referido a que allí existió en tiempos remotos una gran báscula en la que se pesaban diversos productos, especialmente harina…
Reflejado queda el origen del topónimo… porque sé que más de uno al pasar por tal lugar piensa en huesos y calaveras….
CALLE DUQUE CORNEJO, entre San Julián y Santa Marina, y calleja que desde el año 1870 lleva el nombre del imaginero siendo que anteriormente estaba dividida en dos tramos llamados “Calle Rositas” y “Calle Beatas”.
La fotografía que vemos se tomó en el año 1959 y nos muestra la calle a la altura del por entonces número 22 (hoy numero 26) casi a la altura de la calle Lira, y como si aquellas tres mocitas que vemos andaban dando la espalda a la entrada desde San Luis, como persiguiendo al carricoche que va hacia la Hiniesta, al tiempo que un abuelo muy caluroso las contempla mientras cuida a su nieta…
Por Divina Pastora, desde Duque Cornejo nos hemos venido a la vieja CORREDURÍA y hemos llegado a tiempo de ver un gran acontecimiento que se estaba produciendo en el barrio….
Estamos en el año 1900 y vemos la animación que había cuando a dicha calle sevillana, llamada así desde siempre por su dedicación al comercio y a sus comisionistas o corredores, pasó a bautizarse como CALLE DEL DOCTOR LETAMENDI, en honor al ilustre médico, literato y polígrafo (entendía de todo), Catedrático de patología general y al que debieron la vida muchos afectados por la epidemia de cólera que había asolado España a finales del XIX.
Aunque vemos que pone que la placa de homenaje se puso “en la casa donde nació”… lo cierto es que Don José Letamendi y Manjarrés había nacido en Barcelona en 1828 y había muerto en Madrid en 1897, siendo que en su recuerdo se le dedicaron calles también en ambas ciudades, así como en otras localidades españolas.
No hace muchos años que el Ayuntamiento ha suprimido tal denominación y esta calle vuelve a llamarse de la Correduría… pero para muchos que la conocimos como tal, siempre seguirá siendo Doctor Letamendi….
CALLE DOCTOR FEDRIANI, antiguo camino del cementerio que se bautizó así en honor de Don Eduardo Fedriani del Pozo, nacido en Sevilla en 1862 y que se licenció en medicina cuando tan sólo tenía 16 años de edad, siendo que al año siguiente (1879) fue ya nombrado Catedrático de Medicina de la Universidad hispalense, prueba todo ello de su talento y gran precocidad.
Año 1955, antiguo “POLIDEPORTIVO MACARENA”… que no tendría muchos años más de existencia pues en una década más o menos después de la foto, comenzaría a construirse ahí, exactamente sobre los terrenos que vemos, el actual “Hospital Universitario Virgen Macarena”
MURALLAS DE LA MACARENA, que contemplamos en tres fotografías plasmadas en el año 1971, época en la que no podía faltar el inefable Seat 600 que vemos en la tercera de las instantáneas.
Originariamente construidas en la época romana, las murallas de la antigua Hispalis fueron destruidas y reconstruidas varias veces tras ataques como los de los vikingos en el año 844 o las tropas cordobesas de Abderramán III en el 913.
La última fotografía (la del 600) nos muestra una de las 166 torres que originariamente tuvo el recinto amurallado: la conocida como “LA TORRE BLANCA” a causa de estar construida mayormente en tapìal blanco con cerámica machacada como argamasa, que le da tal color desde los más remotos tiempos. Tiene una entrada de acceso desde la calle Macarena (la vía intramuros) y no era raro que antiguamente alguien accediera por allí a su interior y usara éste como vivienda, como ocurrió con una famosa indigente del siglo XIX, lo que hizo que a la construcción también se la llamara popularmente como “TORRE DE LA TÍA TOMASA”, siendo que también se la llamó como “La Casita del Duende”, al decirse que en la torre moraba un duende llamado “Narilargo” que desde arriba tiraba piedras a los viandantes de la hoy calle Macarena o incluso como “La Torre del Diablo”, por suponerse que allí tenía su mo
rada el diablo “Rascarrabias”, que dado el nombre que le habían puesto… debía de tener bastante mal genio el hombre…
Sevillano apasionado de la Historia y las Leyendas de su ciudad creó la Web ”Sevilla Misterios y Leyendas” en el año 2010.
En la actualidad es CEO de la misma y Director del programa de radio del mismo nombre que se emite en NEO FM desde 2021.